
Uno de los compromisos más apremiantes que aguarda a las
familias argentinas al regreso de las vacaciones es afrontar los costos de la
canasta escolar que, según los relevamientos realizados por asociaciones de
consumidores, registran este año aumentos de hasta un 60%. En este contexto
adquieren mayor relevancia las fundaciones e instituciones de bien público que
apoyan a los alumnos de pocos recursos con donaciones de materiales escolares.
Entre estas instituciones se destaca la Fundación Bunge y Born, que desde hace
41 años desarrolla el proyecto más ambicioso para promover la educación rural
en la Argentina. Creado en 1974, el hoy denominado “Programa Sembrador de ayuda
a escuelas rurales” distribuirá la primera semana de marzo materiales
didácticos, deportivos, de entretenimiento y sanitarios a 766 escuelas de todo
el país.La acción, que beneficiará a 5.000 docentes y 40.000 alumnos,
proveyéndolos de útiles escolares gratuitos. Se cubrirán las necesidades de las
aulas, y la de los educandos con materiales de uso escolar como así también
para la práctica del deporte, con los elementos que a continuación se detallan:
40.800 cuadernos de tapa dura, de 84 hojas, 2.000 resmas de
papel tamaño A4, 2.300 cajas de hojas de carpeta de 400 hojas cada una, 20.400
cajas de témperas, 40.000 mapas, planisferio político, 40.000 mapas de la
argentina, 40.000 mapas de la provincia
20.400 cajas de plasticota, 1.170 kit de nivel inicial, 81.600
lápices de grafito, 40.800 cajas de 12 lápices de colores, largos, 8.160 cajas
de acuarelas con pincel, 40.800 gomas de lápiz, 40.800 bolígrafos, 1.160 cajas
de 100 tizas blancas, 1.160 cajas de 100 tizas de colores, 8.160 cajas de 10
fibras cada una, 8.160 tijeras, 32.640 reglas, 8.160 kits de geometría, 1.170
pelotas de futbol, 1.170 pelotas de voley, 1.630 sogas, 1.630 Elásticos
7.700 conos, 750 juegos “Crea palabra”, 750 juegos “Crea
genios”, 750 banderas nacionales y 1.169 botiquines con 51 elementos.
Esta iniciativa, sostenida y perfeccionada a lo largo de los
años, permite que miles de alumnos de instituciones educativas del interior
–muchas de ellas ubicadas en parajes muy alejados de los centros poblados-
reciban de manera permanente y sistemática ayuda escolar a través de materiales
didácticos y lúdicos, así como capacitación y actualización de sus directivos y
maestros.
A principios de los años´70, el Programa de ayuda a escuelas
rurales y de frontera comenzó con 40 escuelas y hoy supera las 750. En 1999 se
concretó una alianza estratégica con la Fundación Pérez Companc, que desde ese
entonces participa como co-sponsor y activa animadora del Programa.