Esta exposición recrea una experiencia social y cultural
intensa, la del diario Crítica, fundado en Buenos Aires en 1913 por Natalio
Botana y dirigido por él mismo hasta su repentino fallecimiento en 1941. Tras
un trabajoso comienzo, en los años 20, Crítica se convirtió en un diario
popular y su circulación creció hasta rozar en 1939 la nunca igualada cifra de
un millón de ejemplares vendidos. ¿Por qué recordar a Crítica, entre tantos
diarios que existieron antes y después? Porque Crítica reflejó las vicisitudes
históricas que atravesó la Argentina: el complicado paso del orden conservador
a la democracia electoral, con sus traspiés y contradicciones. Porque en sus
páginas se vivió la cristalización de Buenos Aires como ciudad moderna y
meridiano cultural. Porque Crítica testimonió no solo los grandes
acontecimientos políticos que se producían en la Argentina y en el mundo, sino
también la vida cotidiana de los lectores, sus costumbres, sus pasiones
menudas, así como los cambios incesantes. Porque Crítica modernizó el
periodismo argentino, a tal punto que el lector/espectador de hoy, agobiado por
el bombardeo mediático audiovisual, está en condiciones de comprender las
claves periodísticas en las que Crítica se anticipó a su tiempo: privilegió los
titulares que transformaron la diagramación y la narratividad de la noticias
con el uso complementario de fotografías o dibujos. Finalmente, porque Crítica
también incorporó una fuerte autorreferencialidad. Es decir, creó su propio
mito.
El diario de Natalio Botana dio cabida a algunos de los
sectores más dinámicos y creativos de las elites culturales. Por sus páginas
pasaron escritores como Roberto Arlt o Jorge Luis Borges, y plásticos como
Emilio Pettoruti o David Alfaro Siqueiros. En Crítica, la vida de los argentinos
y, sobre todo, la vida de la ciudad de Buenos Aires, fue un caleidoscopio
animado y vibrante. Hazañas deportivas, visitantes ilustres, crímenes
espeluznantes tuvieron colorida repercusión en Crítica, que reflejó la
irrupción y muerte de Carlos Gardel, o tragedias conmovedoras como la caída de
un tranvía al Riachuelo, una madrugada de 1930.
Esta exposición propone una lectura comprensiva y madura de
la experiencia de Crítica que supere los esquematismos de la polémica que
acompañaron siempre al diario de Botana, combatido sin tregua por unos y otros,
al punto de que sus ediciones fueron varias veces secuestradas y sus
redactores, e incluso su director, fueron encarcelados. La exposición que
presenta Fundación OSDE propone aceptar con adultez los errores de Crítica,
tanto como sus aportes y, en un balance, recuperar lo que tal experiencia
supuso para la cultura social argentina.
Finalmente, esta exposición, a través de sus distintas
secciones (deportes, crímenes, música, artes plásticas, teatro y cine),
pretende entretener y deleitar. Es decir, revivir algo de lo que sintieron,
padecieron y gozaron tantos argentinos que, cada tarde, entre 1913 y 1941,
compraron el diario Crítica y se arrojaron a la aventura de sus páginas. Álvaro Abós
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